¿Acaso no somos todos vendedores alguna vez? ¿No vendemos acaso nuestro tiempo a los demás? - Bueno, vale: ¡A veces lo regalamos! - Pero normalmente como necesitamos cosas para virir y hay que pagar facturas solemos necesitar ingresos.
¿Qué es si no un empleo? - ¿No vendemos -teóricamente sólo 8 horas- de nuestro tiempo cada día a cambio de un dinero a fin de mes? - A veces la competencia es dura, y nos obliga a regalar al cliente -nuestro empleador- más tiempo del pactado por el mismo precio, y esto llevado a extremo no suele acabar bien, porque o perdemos dinero o no nos es rentable la operación, sencillamente, porque aumenta nuestros costes: Por ejemplo, puede ser que tengamos que pagar guarderías, canguros, etc. porque estamos pasando más tiempo del pactado en nuestro empleo. Hay que mirar la rentabilidad y lo que deseamos.
Recomiendo aplicar a nosotros mismos principios de ventas y de márketing, como por ejemplo elegir bien a nuestros clientes (osea, para quién trabajamos); saber decir a veces que No; no crear falsas expectativas (aquello de "no vendas lo que no tienes" que otros conocen como "no vender humo"), etc. Y sobre todo, tenemos que poner bien nuestro precio (salario), y acudir al mercado si es necesario para contrastar si nos están pagando por encima o por debajo de mercado. Hay que venderse, solucionar los problemas de la gente y ellos te pagarán por esto.
Pero para ello hay que saber qué tipo de problemas somos buenos resolviendo: para ello, hay que mirar en el interior de uno mismo: sobre todo en el pasado, en la niñez o adolescencia y recordar qué cosas útiles hacíamos fácilmente con sumo placer: hacer una lista con ellas y así poder descubrir nuestras virtudes -que normalmente nos apasionarán-. Esto será lo que mejor podamos vender más gente: Hay que descubrir lo que nos apasiona, lo que mejor se nos da hacer, lo que disfrutamos haciendo, y hay que salir a venderlo. Como dice el refrán, "Siempre hay tiesto para una maceta" y "El que busca encuentra". Quizás lo más difícil sea encontrar dentro de nosotros mismos.
Pero no pierdas de vista tus propios objetivos. Yo pienso que ya que tenemos que trabajar, que lo mejor que podemos hacer es encontrar un empleo que nos permita disfrutar cada día, y no estar esclavizados haciendo cosas que no queremos simplemente por dinero, porque esto sólo conduce a la frustración y la infelicidad. Sólo hay un inconveniente: Que muchas veces hay que tener el valor de romper con un camino establecido, en el que hemos empleado mucho tiempo y recursos, y que evidentemente, se corren riesgos.
No voy a decir que quien no arriesga no gana, porque en realidad, pienso que si no arriesgas ya has perdido de antemano. ¡Ánimo y vive tu vida! - ¡Ve a pasártelo bien! - ¡Sé un niño y sal ahí fuera a jugar al juego que más te gusta! (....¡y a ganarlo!) :)
miércoles, 28 de febrero de 2007
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